Duraba hasta las 3:30 de la mañana en el celular. Se convirtió en una enfermedad y al pasar los días me iba aferrando más al teléfono. Dejé mi colegio por esta adicción”, así resume Andrea Barrios, de 17 años, la forma como ha transcurrido su vida desde el 2015, cuando se adentró de lleno en el mundo de las redes sociales y el internet. Su adicción transformó su vida completamente.Se retiró de sus estudios y tuvo que internarse en un centro de rehabilitación durante un mes para tratar esta dependencia. Hoy recibe terapias ambulatorias.
La pesadilla comenzó tras disfrutar el regalo que recibió para celebrar sus 15 años: una entrada al concierto de la cantante estadounidense Katy Perry en octubre del 2015 en Bogotá. Dos semanas después de dicha presentación se unió a grupos en redes sociales y WhatsApp, bautizados con el nombre de la artista. “Interactué con muchas personas. Me la pasaba pegada al celular sin importar la hora ni el momento, lo mismo en la casa. Luego ingresé a otro grupo de Adele y allí también conocí gente”, cincuenta Barrios.
autores :Mateo A. y Santiago P.
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